La percepción visual. Teorías. Procesos: exploración, selección, análisis y síntesis de la realidad
LA PERCEPCIÓN VISUAL
El hombre adquiere conciencia de sí mismo y del mundo que le rodea por medio de sus sentidos. La información que se percibe a través de ellos es tratada posteriormente convirtiéndola en sensaciones, ideas que van formando y propiciando el saber del individuo.
El acto perceptivo, aunque cotidiano y realizado con automatismo, no es nada simple y tiene múltiples implicaciones, pues es evidente que el mundo real no es lo que percibimos por la visión, y por ello se precisa de una interpretación constante y convincente de las señales recibidas.
Por lo tanto el ser humano no sólo ve con los ojos. Los ojos son los órganos que se encargan de captar la información transformándola en impulsos nerviosos que llegan al cerebro donde son interpretados como imágenes y donde adquieren un significado.
Para que ese significado tenga un sentido, una vez llegada la información visual al cerebro, es necesario que exista una serie de datos, un cúmulo de experiencias que establezcan relaciones con la nueva información: es entonces cuando se analiza, se interpreta y se le da un significado final. Con lo que no obtenemos una réplica de la realidad, sino una abstracción que es condicionada por numerosos factores.
Por ejemplo si a un grupo de personas les presentamos una misma composición abstracta sin significado predefinido y se les pide que lo identifiquen, cada individuo lo hará de manera distinta basándose en recuerdos, estado de ánimo, experiencias, cultura, educación, edad, memoria, inteligencia etc.
Los ojos son un sistema óptico que carece de perfección. Las ondas de luz han de atravesar vasos sanguíneos, fibras nerviosas y otros componentes del ojo, que no son transmisores perfectos de la luz, antes de llegar a los bastones y los conos, células sensibles a ella.
Muchos individuos presentan dificultades o defectos en la visión, algunas catalogadas como enfermedades, que hacen que se presenten ciertos problemas, como la confusión de colores, la incapacidad de reconocer todos los colores de la gama completa, etc.
De toda la información que nos ofrece el mundo exterior, un individuo sólo percibe una parte, la que es capaz de activar nuestra atención.
Prueba de que es el cerebro el que transforma las imágenes y les da sentido es que hay momentos en los que podemos ver sin necesidad de estímulos. Como durante el sueño, el tiempo en el que estamos dormidos el cerebro no descansa. Durante una mayor actividad de este se producen los sueños, algunos basados en experiencias y otros no, llegando a la irrealidad, como las alucinaciones y falsas percepciones que en ocasiones producen trastornos del descanso.